Según información dada a conocer en “MI AUTOBIOGRAFÍA” por el propio Charles Spencer Chaplin (Carlitos Chaplin para los que hablamos castellano), este nació en East Street, en el barrio de Walworth (Londres) el 16 de abril de 1889, ya que no existe documentación oficial de su nacimiento. Sus padres en un comienzo vivieron sumidos en una enorme pobreza. Ambos fueron artistas de music-hall. Su madre vio truncada la carrera de actriz debido a que padecía esquizofrenia, y su padre era un cantante alcohólico dedicado al jazz y el blues, falleció siendo él muy pequeño, por lo que pasó parte de su infancia y su adolescencia en la calle o acogido en distintos orfanatos.
Chaplin debutó en escena a los ocho años de edad y continuó actuando en distintas compañías ambulantes hasta que logró destacarse en una de las más célebres de Londres. Tiempo después llegó a ser director, actor y productor de cine. Creador del mítico personaje en torno al cual construyó gran parte de su carrera cinematográfica, y que le dio fama universal, fue el de vagabundo (The Tramp, en inglés; Charlot, en italiano, francés y en España; Carlitos en Argentina y Brasil): un hombre con las maneras refinadas y la dignidad de un caballero, vestido con una estrecha chaqueta, pantalones y zapatos más grandes de su talla, un sombrero bombín, un bastón y un característico bigote. Su inconfundible caminar oscilante, una acentuada emotividad sentimental, y un desencanto melancólico frente a la impiedad y a la injusticia de la sociedad moderna, le hicieron emblema de la demencia humana — en particular de las clases sociales emergentes.
La mordacidad con que Chaplin criticaba los problemas sociales y satirizaba muchos de los aspectos de la vida estadounidense, le creó mucha polémica. Las críticas aumentaron cuando realizó la película, El Gran Dictador (The Great Dictator, 1940), protagonizada junto a Paulette Goddard, su tercera mujer.
La película es una crítica al nazismo alemán y, por extensión, contra todas las formas fascistas y dictaduras. Comenzó a rodarla la misma semana en que empezó la Segunda Guerra Mundial. Anteriormente, Chaplin había ya declarado sobre Hitler que éste «le había robado el bigote» y la verdad es que su parecido físico con el dictador hace que la película sea aún más divertida.
En ésta, Chaplin juega a representar dos personajes, el del dictador y el del barbero judío, a quien confunden con aquél. Adenoid Hynkel, como nombra a su personaje, en una clara imitación de Adolfo Hitler, y la magnífica interpretación de Jack Oakie como Benzino Napoloni, evidente parodia de Benito Mussolini, son sencillamente geniales.
Esta cinta fue el primer filme sonoro, con diálogos, de Chaplin. Fue estrenada en los primeros meses de la Segunda Guerra Mundial y, en su última escena el personaje del barbero lanza un discurso, calificado por muchos como ingenuo, en el que Chaplin evidencia sus deseos de paz para Europa y de construir un mundo mejor:
“Lo siento…
…Pero yo no quiero ser emperador. Ese no es mi oficio, sino ayudar a todos si fuera posible. Blancos o negros. Judíos o gentiles. Tenemos que ayudarnos los unos a los otros; los seres humanos somos así. Queremos hacer felices a los demás, no hacernos desgraciados. No queremos odiar ni ayudar a nadie. En este mundo hay sitio para todos y la buena tierra es rica y puede alimentar a todos los seres. El camino de la vida puede ser libre y hermoso, pero lo hemos perdido. La codicia ha envenenado las armas, ha levantado barreras de odio, nos ha empujado hacia las miserias y las matanzas…
…Hemos progresado muy deprisa, pero nos hemos encarcelado a nosotros mismos. El maquinismo, que crea abundancia, nos deja en la necesidad. Nuestro conocimiento nos ha hecho cínicos. Nuestra inteligencia, duros y secos. Pensamos demasiado, sentimos muy poco…
…Más que máquinas necesitamos más humanidad. Más que inteligencia, tener bondad y dulzura…
…Sin estas cualidades la vida será violenta, se perderá todo. Los aviones y la radio nos hacen sentirnos más cercanos. La verdadera naturaleza de estos inventos exige bondad humana, exige la hermandad universal que nos una a todos nosotros…
…Ahora mismo, mi voz llega a millones de seres en todo el mundo, millones de hombres desesperados, mujeres y niños, víctimas de un sistema que hace torturar a los hombres y encarcelar a gentes inocentes. A los que puedan oírme, les digo: no desesperéis. La desdicha que padecemos no es más que la pasajera codicia y la amargura de hombres que temen seguir el camino del progreso humano…
…El odio pasará y caerán los dictadores, y el poder que se le quitó al pueblo se le reintegrará al pueblo, y, así, mientras el Hombre exista, la libertad no perecerá…
Soldados…
…No os entreguéis a eso que en realidad os desprecian, os esclavizan, reglamentan vuestras vidas y os dicen qué tenéis que hacer, qué decir y qué sentir…
…Os barren el cerebro, os ceban, os tratan como a ganado y como carne de cañón. No os entreguéis a estos individuos inhumanos, hombres máquina, con cerebros y corazones de máquina…
…Vosotros no sois ganado, no sois máquinas, sois Hombres. Lleváis el amor de la Humanidad en vuestros corazones, no el odio. Sólo lo que no aman odian, los que nos aman y los inhumanos…
…Soldados…
…No luchéis por la esclavitud, sino por la libertad. El capítulo 17 de San Lucas se lee: "El Reino de Dios no está en un hombre, ni en un grupo de hombres, sino en todos los hombres..." Vosotros los hombres tenéis el poder. El poder de crear máquinas, el poder de crear felicidad, el poder de hacer esta vida libre y hermosa y convertirla en una maravillosa aventura…
…En nombre de la democracia, utilicemos ese poder actuando todos unidos. Luchemos por un mundo nuevo, digno y noble que garantice a los hombres un trabajo, a la juventud un futuro y a la vejez seguridad. Pero bajo la promesa de esas cosas, las fieras subieron al poder. Pero mintieron; nunca han cumplido sus promesas ni nunca las cumplirán. Los dictadores son libres sólo ellos, pero esclavizan al pueblo. Luchemos ahora para hacer realidad lo prometido. Todos a luchar para liberar al mundo. Para derribar barreras nacionales, para eliminar la ambición, el odio y la intolerancia…
…Luchemos por el mundo de la razón…
…Un mundo donde la ciencia, el progreso, nos conduzca a todos a la felicidad…
…Soldados…
…En nombre de la democracia, debemos unirnos todos…”
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